Cigarrillo electrónico

un riesgo para la salud cada vez más popular entre los jóvenes

Imagen


El cigarrillo electrónico se introdujo en el mercado ganando gran popularidad como alternativa para dejar de fumar. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud señala que los cigarrillos y sistemas electrónicos de suministro de nicotina con sabores son indudablemente dañinos y deberían estar estrictamente regulados.
"La utilización de un cigarrillo electrónico puede contribuir a la elevación de la presión arterial y el desarrollo de taquicardia", afirmó el Dr. Carlos A. Jiménez Ruiz, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
El uso de cigarrillos electrónicos puede aumentar el riesgo de enfermedad respiratoria en más de 40%. El uso actual de cigarrillos electrónicos se asoció con aumento de 33% del riesgo de bronquitis crónica, 69% del riesgo de enfisema, 57% en el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y de 31% en el riesgo de asma.
Teniendo en cuenta que el daño del tabaco es también diferido, es decir, se manifiesta generalmente a partir de 20 o 25 años de iniciar su consumo, la toxicidad de los cigarrillos electrónicos a largo plazo no podrá ser concretada al menos en una o dos décadas.
Pero algunos de los efectos más devastadores para la salud ya han salido a la luz. En 2019, Centers for Disease Control and Prevention de Estados Unidos detectó un brote de lesiones pulmonares asociadas al uso de cigarrillos electrónicos, o vapeo.
Los afectados presentaron síntomas, como lesión pulmonar aguda, dificultad respiratoria, daño alveolar, neumonía lipoidea, neumonitis necrosante aguda o neumonía, entre otras manifestaciones. Todos los pacientes fueron hospitalizados y recibieron tratamientos, incluyendo comas inducidos por fármacos, respiradores artificiales y otras medidas de soporte vital. Hasta el 18 de febrero de 2020 las autoridades norteamericanas notificaron más de 2.800 casos de pacientes que presentaban esta afección, y que cobró 68 vidas. Las muestras analizadas por la Food and Drug Administration de Estados Unidos y por laboratorios estatales mostraban acetato de vitamina E, un aditivo en algunos productos de cigarrillos electrónicos o productos de vaporización y en otros que contienen tetrahidrocannabinol, designando a este compuesto como el factor fuertemente vinculado a este brote que acabó en una crisis de salud pública.

Compuestos mutagénicos en el vapor de los cigarrillos electrónicos
 
La apariencia que presentan los cigarrillos electrónicos como un producto moderno y tecnológico hace que los jóvenes los perciban como menos perjudiciales. Pero los aerosoles no son inocuos, tienen sustancias tóxicas.
 
El líquido del cigarrillo electrónico, además de llevar saborizantes y colorantes, está formado fundamentalmente por dos sustancias: propilenglicol y glicerina. Cuando estos compuestos se someten a combustión se convierten en formaldehído y acetaldehído, compuestos mutagénicos capaces de provocar cáncer.
 
Además de esas sustancias carcinogénicas, los vapores incorporan metales como plomo, cromo, níquel y cobre en cantidades superiores a los cigarrillos convencionales, así como partículas ultrafinas relacionadas con el daño cardiovascular, alteraciones pulmonares, neurodegenerativas y oncológicas.


Cigarrillo electrónico: alternativa para dejar de fumar?
 
No debemos olvidar que la nicotina, presente en la mayoría de cigarrillos electrónicos, ya supone una enfermedad en sí misma, no solo por la adicción que provoca, sino por sus efectos cardiovasculares, aumentando la frecuencia cardiaca y el efecto vasoconstrictor, y disminuyendo el aporte de oxígeno.
En 2019 la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica emitió un informe que además de señalar los peligros para la salud que entraña el vapeo, advertía que el cigarrillo electrónico no es seguro ni eficaz para dejar de fumar, y es capaz de producir adicción, advirtiendo además el peligro que entraña que los jóvenes lo perciban como menos perjudicial que el tabaco, y suponga la puerta de entrada a la adicción a la nicotina. 

Una legislación dispar según países

La regulación de los cigarrillos electrónicos es muy desigual según los países, y va desde la no regulación hasta la prohibición total, como en Japón, Brasil, Singapur, Seychelles, Uruguay e India; algunos han introducido restricciones estrictas como Australia, y algún otro los regula como fármacos a pesar de ser productos de consumo, como Reino Unido.
 
La industria tabacalera aprovecha la lentitud de los gobiernos para hacer su estudio de mercado, por lo que es importante que las autoridades informen a los ciudadanos y eviten que se dejen llevar por la publicidad engañosa.
Cuando se tiene adicción a la nicotina es muy fácil pasar de un producto a otro. La persona buscará la forma más accesible de saciar la ansiedad en cada momento.
La mejor opción siempre es dejar de fumar, y no sustituir los cigarrillos tradicionales por los electrónicos ni por ningún producto que se les parezca.